Carta desesperada a una lectora




Para qué te voy a engañar: me ha molestado tu carta. Es la primera vez que me escribe una lectora, también es la primera vez que me escribe un lector, y yo estaba deseando que me exigieras un poco de sexo medieval (jaulas colgantes, correas, gregorianos, santos oficios de la lengua, madrigales, cirios, ya me entiendes) y resulta que solo te interesa mi cerebro, y de mi cerebro solo la parte dedicada en exclusiva a dar consejos. No existe esa parte de mi cerebro, pero aceptaré cualquier consejo para dejar de escribir. 

Post scríptum: el ensayito de diez líneas que me enviaste era tan malo que lo sospecho genial. Ese trineo que sobrevuela el desierto me dejó pensando. Tuve que recurrir a la ginebra para entenderlo. Ahora lo veo claro: eran tus obras completas. 

No me abandones. Solo soy un escritor y tú eres la única que se lo cree. 


1 comentario:

  1. Qué cuerdo y qué loco! Qué sensible y qué crudo! Es posible amarte y odiarte a un mismo tiempo, y eso que apenas he empezado a leerte.
    Acabo de pedirte amistad en facebook, ahí te he encontrado.

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