Primeros oficios, últimos informes:
1) Contemplar charcos en la costa donde había peces atrapados. Ellos esperaban la libertad, que era la marea alta. Ahora eres tú el que espera.
2) Temer y desear que en los libros estuviese la verdad, y descubrir pronto que esa verdad era inalcanzable, y que los libros solo fomentaban la desconfianza hacia cualquier forma de verdad acrítica.
3) Ser indócil con los tiránicos y manso con los sumisos. No buscar la compañía de unos ni de otros. Tendencia irrefrenable a buscarme problemas inútiles. Contradicciones a largo plazo: los tiránicos se vuelven torpemente sumisos para ganarte, los sumisos terminan por abusar de tu mansedumbre.
4) Ser lo contrario por defecto, y lo peor en cualquier caso.
5) Juzgarme con la misma piedad con que juzgo a los demás, que siempre fue escasa.
6) Estar siempre fuera o lejos, o no estar. Consecuencias: es costumbre que no esté. Me busco sin éxito en los rostros ajenos y en las bibliotecas. Han pasado tantos años que temo haber pasado de largo, no haberme reconocido.
7) Recordar que no hay día en que no seamos un dios y un insecto, reconociendo que el insecto suele equivocarse menos que el dios.
Gracias por esta entrada... de un modo u otro me reconozco en ella y me alivia...
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