No todos los que vuelan han tenido alguna vez los pies sobre la tierra.
La calle está repleta de cadáveres ocupadísimos. Los niños que fuimos nos observan aterrorizados desde algún lugar del pasado.
Quien no esté dispuesto a arder no debe acercarse a ella.
El alcohol y la noche favorecen la aparición de los amores líquidos.
Los pájaros que duermen en su cabeza no vuelan nunca.
Ha pensado tantas veces en volver que volver sería una traición.
Estamos tan acostumbrados a decir lo que no pensamos que nada nos cuesta creer en lo que no creemos.
Cuando ve a los que corren siente un deseo irrefrenable de quedarse quieto.
Imagen: Tim Barber