El último refugio


Imagen: Ben Benowski



Viven para servir a otros, y rara vez se quejan de su condición. No parecen estar, son casi invisibles, pero sin ellos todo se desmoronaría. Quieren al que nadie quiere, al apestado, al loco, al genio, al insoportable vanidoso, a la hermana neurasténica, al depresivo o al amigo enfermo. Callan y trabajan, y su nombre es cualquier nombre.

Se alegran íntimamente cuando las personas a las que cuidan consiguen algún éxito. Pero no les importa estar detrás, casi se diría que buscan la sombra, ese lugar donde las cámaras no llegan.

Joseph Brodsky conoció alguien así, Nadeyda Mandelstam, y le dedicó la más hermosa de las necrológicas que yo he leído. Está incluida en su libro Menos que uno.

El talento no necesita para nada de la historia, escribió Brodsky. Es cierto, el talento se abre paso contra la historia, incluso contra sí mismo. Lo que no puede soportar nadie, tampoco nadie con talento, es la absoluta soledad moral, la ausencia de un último refugio, de una amistad leal que esté más allá del bien y del mal.

“El estoicismo es el suicidio”, escribió Cesare Pavese en las últimas páginas de su diario. Si el único camino es el saber, el camino es un callejón sin salida. Si todo lo que nos queda es autocontrol, entonces no nos queda nada.

Pavese encontró ese vacío último que está más allá de todos los trabajos de la vida: más allá de la subsistencia, de la autoestima y del deseo. Encontró que no había nadie que creyera en él y dijo basta.

Todo sucede alrededor como en una alucinación: herrumbre, azulviscoso, verdemoho, algas.

Pero si tienes suerte, tendrás alguien que cree en ti y en quien puedes creer. No te hinches entonces, sólo resiste y camina.


7 comentarios:

  1. Precioso, Bruno. Creo que pocas veces me he sentido tan identificado con algo que he leído (¿en toda mi vida?). En fin... Sin ninguna intención de hincharte, me quito el sombrero.

    Un abrazo,

    D.

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  2. Encontrar alguien que cree en nosotros y nosotros en él, es una hermosa aventura humana, Bruno.

    Respecto a Pavese, su sensibilidad (paralela a su maestria literaria) me parece tuvo mucho que ver con la pésima experiencia materna que lo marcó de por vida...

    Nadeyda Mandelstam, qué mujer tan especial. Su vida fue dificil, vaya que sí. Me gustaría leer sus memorias.

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  3. Mi querido Bruno,esta entrada es excelsa,sí,muy bella,si nos desprendemos del último refugio,nos desprendemos de nosotros mismos,creo,creer en aquéllo que nos refugia,elevar aquéllo que nos hace un poco menos esclavos,deseo y vehementemente,que el 14 tengas uno de tus mejores días,de esos preciosos días en que la suerte está con nosotros como camarada indestructible,sí,ya sabes que creo en ti,en tus letras,en esa belleza que nos regalas cada semana y que se deposita en el fondo como posos en la taza del café.después los leemos y nos ajustamos a su significado que ya es un poco nuestro,y tuyo...y nuestro.

    Un abrazo!

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  4. Es un bello texto que llega, Bruno."La absoluta soledad moral", sí, eso paraliza, desconecta. En ese libro de Brodsky, hay también un interesante ensayo sobre Auden, hablando de esas amistades o correspondencias más allá del bien y el mal, o un algo de qué asirse en los momentos más difíciles.

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  5. Uno de los mayores placeres para mí consiste en estarme largo rato caminando entre los libros de una librería:tocando,respirando polvo y preguntando lo imposible de encontrar.Mientras pueda seguir haciéndolo así,el precio estará justificado,no obstante el detalle es interesante de analizar.
    Gracias!

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  6. Amén...

    Leí tus poemarios y disfrute un mundo, ahora disfrutare las palabras que dejes en este rincón, un saludo.

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  7. Soy autor y, ahora, autor-editor y os cuento un poco lo que hago y mi trayectoria por si os pudiese ayudar en algo. En el año 2003/2004 publiqué con el sello Span Ediciones una novela "Los contrabandistas del Estrecho"(La ruta del hachís) que tuvo muy buena acogida. Para escribir sobre este tema, durante más de tres años estuve infiltrado con grupos que se dedicaban al tráfico de hachís entre España y Marruecos. Todo lo que cuento en estas novelas está basado en hechos absolutamente reales. Este año, he constituído una editorial, Ediciones Zeppelin, y he sacado al mercado la segunda parte de "La ruta del hachís" que se titula "traficantes", que es una novela que se puede leer sin haber leído Contrabandistas ya que, aunque es la continuación de las aventuras del protagonista, es independiente.
    Por otra parte, Ediciones Zeppelin es una editorial que he creado con idea de que autores que no tienen acceso a grades editoriales puedan ver sus obras publicadas y, lo que es más importante, distribuidas por toda España incluyendo grandes superficies. Ediciones Zeppelín ofrece a los autores hacerse cargo de la maquetación, diseño, impresión, gestiones de ISBN y depósito legal de la obra, asesoramiento y distribución por toda la geografía española. Es decir, el autor se convierte en editor de su propia obra, pero amparado por una editorial que, como es obvio, tiene firmado un acuerdo con una importante distribuidora para que esa obra esté en los principales puntos de venta de España, ya que lo principal es la distribución y a un autor que se autopublique no le coge ninguna distribuidora. Lógicamente el autor, al ser coeditor de su propia obra, no se reduce a cobrar los derechos de autor, que como sabeis son mínimos, sino que cobra un tanto por ciento importante del precio de venta del libro al público con lo que se le puede asegurar la recuperación del capital que ha invertido en su edición si la obra se vende normalmente.

    Es más o menos, por decirlo con otras palabras, la asociación del autor a la editorial para esa obra determinada.
    Si alguno estuviese interesado, puede contactar conmigo por mail a rafaelrossello@hotmail.com ó edicioneszeppelin@gmail.es ó por teléfono al 692035667.
    Suerte a todos

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